La colonización del Estado de Minas Gerais por los portugueses se dio enseguida después del descubrimiento del Brasil, en los siglos XVI y XVII. La descubierta de oro y piedras preciosas en aquella región atrajo a muchos exploradores, que transformaron el Estado en el centro económico brasileño de la época. Hoy, no hay más abundancia de oro, pero quedan otros tesoros, como los paisajes inolvidables, las construcciones históricas, montañas, bosques, aire puro, lagos, cavernas, historias y leyendas.
Su capital, la ciudad de Belo Horizonte, es la cuarta del país en población. Por ser una ciudad planeada, y por la riqueza de sus conjuntos arquitectónicos neoclásicos y modernos, Belo Horizonte representa también un hito para el urbanismo y para la arquitectura en el país. Además, ella se transformó en una especie de portón de entrada para varias ciudades históricas que el Estado abriga, como Ouro Preto y Sabará, Tiradentes, São João Del Rey, Mariana, y para las grutas da Lapinha – en el municipio de Lagoa Santa – y del Maquiné, en Cordisburgo.
Desde la época colonial, el Estado de Minas Gerais se destaca por su diversidad cultural. Música, arquitectura, literatura y artes plásticas son algunas de las áreas desarrolladas con éxito por los artistas de allí. En algunas ciudades las construcciones de los siglos XVII y XVIII son conservadas hasta los días de hoy, y expresan el incomparable arte del barroco minero. La más famosa de ellas es Ouro Preto, escenario de la Inconfidencia Minera – primer movimiento por la independencia del Brasil –, que así como Diamantina y el Santuario de Bom Jesus de Matosinhos, en Congonhas do Campo, fue reconocida por la Unesco como Patrimonio de la Humanidad.
Dueña de un variado relieve y vegetación, la región guarda también en sus valles y montañas agradables destinos, como Governador Valadares, en el cual el vuelo libre es la gran atracción; Três Rios, ideal para los adeptos de los deportes de aventura, como rafting, canyoning y prácticas verticales; Parque Grande Sertão Veredas, a los interesados en visitas a grutas y cavernas; además de innumerables ciudades históricas adornadas en el más puro estilo barroco brasileño, y donde habita gente cordial y hospitalaria.
Segunda economía del país – superada solamente por el Estado de San Pablo –, el Estado de Minas Gerais también es conocido por su culinaria – buena y abundante –, famosa por quitutes (comidas apetitosas) como el pan de queso y platos típicos como tutu à mineira y pollo a la salsa parda.
Las reliquias históricas y delicias culinarias del Estado de Minas Gerais esperan por Usted. |
